Debemos aprender que no todo vale la pena, que las injusticias son permisibles por la ley, que las excepciones pueden ganarse un lugar en la cotidianidad y que no todos creen en el amor. Quién se atrevería a negar que seamos víctimas de la opresiva rutina, que le debamos a ella nuestra cordura y nos cobrará con eso mismo tarde o temprano. Un día despertaremos con una necesidad en mente; abandonarnos a nosotros mismos, dejar todo lo que significamos y arrojarnos a las fauces de lo imprevisible.
Saldremos de la cama y pondremos el pié equivocado en el suelo, correremos al baño solo para darnos cuenta de que somos nosotros, una vez más, así que nos arrancaremos ese rostro y encontraremos debajo nuestra calavera, con una eterna sonrisa, pensaremos que así nos vemos mejor y saldremos a la calle a presumir el nuevo look. Miradas, seguro que si, miradas en cada esquina, seremos distintos, e iremos en busca de la excepción de cada día, de nuestro cuervo blanco y pez fuera del agua. Los amigos podrán olvidarse de nosotros por hoy. Seremos libres de nosotros mismos y no tragaremos entera esa libertad.
Cuando tus días son predecibles, rómpelos, cuando aspiras del cigarro siempre a la misma hora, apágalo sin terminarlo, arroja la colilla encendida a tu cama y mírala arder. Es tu día perfecto, el que el veneno de la preocupación no echará a perder. Recuerda que ya no hay límites de lo posible, ni reales ni ficticios. Eres Dios y ni él sabe que hacer ya contigo.
Saldremos de la cama y pondremos el pié equivocado en el suelo, correremos al baño solo para darnos cuenta de que somos nosotros, una vez más, así que nos arrancaremos ese rostro y encontraremos debajo nuestra calavera, con una eterna sonrisa, pensaremos que así nos vemos mejor y saldremos a la calle a presumir el nuevo look. Miradas, seguro que si, miradas en cada esquina, seremos distintos, e iremos en busca de la excepción de cada día, de nuestro cuervo blanco y pez fuera del agua. Los amigos podrán olvidarse de nosotros por hoy. Seremos libres de nosotros mismos y no tragaremos entera esa libertad.
Cuando tus días son predecibles, rómpelos, cuando aspiras del cigarro siempre a la misma hora, apágalo sin terminarlo, arroja la colilla encendida a tu cama y mírala arder. Es tu día perfecto, el que el veneno de la preocupación no echará a perder. Recuerda que ya no hay límites de lo posible, ni reales ni ficticios. Eres Dios y ni él sabe que hacer ya contigo.
Si disparas haz que cada bala cuente, aunque no den en el blanco; si amenazas, procura infundir el miedo necesario, ni más ni menos; al deshacerte de un cuerpo hazlo sin el menor remordimiento; que las miradas no perturben tu alma, que el sueño viaje seguro; es el momento adecuado para cualquier cosa que nunca te hayas atrevido a hacer.
Debemos aprender que somos dueños de nuestra realidad, que cada decisión implica cambio (aún a escala subconsciente o subatómica), que la verdad le pertenece a todos pero debes guardar el secreto para ti mismo, y lo más importante, que somos el material del que está fabricado Dios.
Debemos aprender que somos dueños de nuestra realidad, que cada decisión implica cambio (aún a escala subconsciente o subatómica), que la verdad le pertenece a todos pero debes guardar el secreto para ti mismo, y lo más importante, que somos el material del que está fabricado Dios.
1 comentario:
MUY BIEN HECHO,DONDE QUEDARON LAS OPINIONES QUE DABA CORAJE SACAR,DONDE LAS MENTIRAS QUE NUNCA DEBIERON CREERSE,DONDE LAS BALAS QUE PERJUDICARON AL DESCONOSIDO Y DONDE LAS VESES QUE DEBISTE DE CALLAR PARA DESIRLO TODO.
¡HASEOS TODO CUANTO PODEIS
PUES PARA CUANDO YO LLEGUE
LA OPORTUNIDAD SERA LEJANA!
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