lunes, 15 de junio de 2009

Carta imaginaria escrita en la espalda de M.D.

Querida M.D.


Un gusto volver a saludarte, después de lo que ha pasado espero que tengas la suficiente indulgencia como para leer esta carta. Yo estoy bien ahora, lo que ha pasado solo me ha hecho más fuerte, soy un sobreviviente, o como decía Darwin, un apto. Recuerdo lo que siempre me decías eso ¿te acuerdas? Yo si: “Un día sobrevendrá una catástrofe sobre nosotros y solo tendremos tiempo de sobrevivir, solo el más apto sobrevivirá”.
Me gustaría tener noticias de ti, me gustaría saber cómo te va ahora que has decidido irte lejos, y porqué ese viaje de autodescubrimiento que emprendiste y del cuál me hablaste en la pasada carta, terminó en un aterrizaje forzoso en una ciudad que tú sentiste desierta.
Un día te repondrás de esas heridas del pasado, estoy seguro de ello, un día recordar ya no dolerá y ese día planeo enviarte una tarjeta de felicitación, una que al abrirla tenga la tonadita de el himno de la alegría. Me gustaría ver tu sonrisa cuando la recibas. Espero que sonrías.
¿Recuerdas cuando fuimos a aquella laguna? El agua estaba helada y había mosquitos por todos lados… parece que fue hace tanto tiempo que ya no recuerdo si lo soñé o si tu me lo contaste y yo hice mío ese recuerdo. Pero si recuerdo algo concreto: tu marca favorita de cigarros son los Paul Maul (aún no puedo comprender por qué… son tan desagradables para mí). Siempre los fumabas para lanzarme a la cara ese humo. Nunca me importó y eso te molestaba.
Te escribo esto porque quiero saber que ha sido de ti y de tu gato. El tiempo vuela muy rápido. ¿Qué será del día en que nos encontremos?, ¿Qué tomaremos?, ¿Qué hablaremos? Y ¿Qué recordaremos?
Creo que trataremos de olvidarnos de todo. A veces así es mejor, pretender que no existimos y hacer oídos sordos a los recuerdos. Tú lo sabes y yo lo sé, ¿qué más da?
Espero que al leer esta carta ya me hayas perdonado por dejarte ir, por no amarrarte a aquella silla, por no matarte como alguna vez llegaste a pedírmelo. Pero entenderás que de eso no se trata. Hemos madurado, hemos evolucionado, somos distintos, somos otros. ¿Quiénes éramos antes?
Esto también tiene la intención de ser una última despedida amistosa, (ni siquiera se si existe tal cosa), te deseo suerte en tu vida, éxito en tu futuro, suavidad en tu caída libre, si lo prefieres. Y salúdame al gatito, ese que se peleaba con migo por el derecho a recostarse en tu regazo.

Afectuosamente tuyo (permanencia voluntaria)…
S.C.

1 comentario:

Ada Medina. dijo...

¿DONDE QUE DO LA POSDATA? ¿NO HAY ACASO ALGO QUE QUIERAS ACLARAR ANTES DE MARCHARTE? ¿LO HAS DICHO TODO?
SOLO CAMINA,LOS BUZONES DE LOS DESPRECIADOS NO LOCALIZAN JAMAS A LAS DUEÑAS DE NUESTRAS CARTAS.

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