lunes, 26 de mayo de 2008

Matar o mentir

Que no se me vuelva costumbre. Mientes solo para no herir, o para salvarte el pellejo. Son mentiras ‘de las buenas’ pero cuándo aprenderán que no hay mentiras ‘de las buenas’.
“Perdón si te di esa impresión” pero es que tenías toda la razón, absolutamente toda. La impresión fue casi exacta. Esperaba algo de ti, esperaba demasiado y al final obtuve lo que quisiste.
Selección natural. Supervivencia del más apto. Mentir se ha vuelto un arte en el mundo natural y un método de supervivencia. Las mantis religiosas han llegado al extremo de parecer flores y orquídeas, de este modo son sus presas quienes la buscan, una sentencia letal para las mariposas, abejas y polillas. El pez piedra se queda pesado en los arrecifes cual verdadera roca del lecho marino y al estar cerca una presa es devorada enseguida o si algún incauto lo pisara sería víctima de las venenosas espinas de su lomo. Hay una víbora llamada de coral cuyo veneno es uno de los pocos para el cual no hay antiveneno aún. Esto parece saberlo una pequeña e inofensiva serpiente, la falsa coral, quien utiliza una imitación de los anillos de la serpiente de coral a modo de disfraz. El pájaro cucu, deja a sus poyuelos en el nido de otra ave, al eclosionar (antes de hacerlo los otros) el cucu recién nacido, en un acto de maldad instintiva lanza por el borde del nido a los otros pájaros y los huevos de sus hermanos putativos. Así los dueños del nido alimentarán a un pájaro cucu y no a sus verdaderos hijos.
Pero el mentir parece ser, también, un método de supervivencia de los hombres para con sus hermanos, y esto me asquea más que nada, sobre todo cuando es utilizado por mí. No acostumbro mentir, solo guardo silencio, solo callo y me trago mis secretos antes que disfrazarlos de mentiras, no miento, guardo secretos. Muerdo mi lengua antes de mentir. Pero ahora mi lengua sangra. Enmudecer habría sido peor. Lo que más me ha asqueado es que ha dado resultado positivo. Me clavaré espinas de maguey en mis labios y lengua para expiar mis culpas. Será una noche-de-flagelación-y-redención.
Que no se me vuelva costumbre. No quiero mentirte siempre, pero si te digo la verdad, no me lo creerías, si te contara la verdad me exigirías una mentira para calmar tu alma. Si callo no solo no resolveré nada sino que habrá espacio para la discordia. Díganme, ¡oh dioses! ¿Qué más puedo hacer?

1 comentario:

Ada Medina. dijo...

MATAR!!!!!!!!!!
MATAR!!!!!!!!!!
MATAR!!!!!!!!!!
MATAR!!!!!!!!!!
No, mejor mentir mientras matas.

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