sábado, 12 de abril de 2008

Relaciones enfermizas



Es probable que me odies. Después de todo, soy odiable, es una de mis cualidades. No voy a culparte. Eres mi espina en el dedo gordo del pié, ese dedo que me fue amputado cuando te fuiste. Y ahora apareces aquí. Sigues creyéndote diosa de mi vida. Sigues apresurando los amaneceres para llegar más rápido a la puesta de sol. ¡¿A quien le importa?! Después de todo es solo una estrella inútil. Quítate esas gafas, quiero ver tus ojos, esos ojos que antes habrían poblado de miseria mis días, con cada una de sus molestas horas. Está bien. te permito que me odies, que me claves esa tu mirada, que manipules mis desprecios a tu antojo, pero no puedo regalarte un beso más. No quiero regalarte una caricia más. Todas aquellas que tenía para ti las he regalado a la caridad. Cada abrazó que tenía tu nombre lo he olvidado en el maletero, los "te amo"s que eran para ti han sido destruidos. Ya no tengo nada en la chistera de la que no solo sacaba níveos conejos, sino también caricias mágicas con las cuales encenderte. Has de conformarte con mirarme, pero sé que no será suficiente. No importa, yo tampoco quería verte. Me pondré gafas oscuras y fumaré dándote la espalda, si no te importa...

1 comentario:

Lenina Crowne dijo...

lei esta entrada y me ha caido como anillo al dedo ...

:S

k tal ??!!

gusto en pasar por aka

:)

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